domingo, 8 de abril de 2007

Volviendo a la Infancia


Hoy es un día muy esperado por todos los niños, sí hoy es Pascua de Resurrección. Recuerdo perfectamente que después de Navidad el segundo día más esperado del año era hoy "Domingo de Resurrección". Me acuerdo que con mi hermano " El Jota" nos poníamos muy nerviosos pensando qué tipo de huevitos nos iba a dejar el conejito, también pensábamos en todas las estrategias posibles para por fin poder encontrarlo. Esa noche siempre se me hacía eterna, me costaba mucho quedarme dormina, es que me ponía tan nerviosa el solo hecho de pensar de que "un conejito" se pasearía por nuestro living escondiendo los huevitos de chocolates. Era una sensación única, mi guata era un nudo de nervios. Teníamos que descubrir al conejito. Todos los años nos proponíamos levantarnos en medio de la madrugada y escondernos detrás de algún sofá para poder verlo y tocarlo. Lo malo es que eso nunca sucedió porque cuando abría los ojos me daba cuenta de que ya había amanecido, y me decía a mí misma "Pucha, no me desperté en medio de la noche". Pero bueno ya no quedaba otra opción que ir a la pieza de mi hermano "El Jota" y decirle: " ¡Despiértate que ya amaneció, vamos a buscar los huevitos! " A penas se despertaba "El Jota" Corríamos al living y empezaba la búsqueda de los huevitos. Me acuerdo especialmente de una Pascua de Resurrección cuando vivíamos en Chiloé y hacía mucho frío, tengo grabada la imágen de que cuando llegamos al living veo que "el conejito" nos había dejado un conejo de chocolate en el sillón azul de mi Papá. Y según yo, "el conejito" recién se había ido, y de hecho corrí desesperadamente hacia la cocina y veo el rastro del conejito saliendo por la puerta de la cocina, realmente ¡no lo podía creer! eso sí, no lo pude ver muy claro, pero lo que sí era muy visible eran las huellas de sus patitas que habían quedado marcadas en el barro. Yo estaba tan feliz y orgullosa de que almenos el conejito nos había dejado una señal. Después de eso comenzó la recolección de huevitos, agarré mi canastito rojo y empecé a agarrar todos los huevitos que se cruzaban por mi camino. Habían algunos que los podíamos ver a simple vista, los típicos huevitos que siempre nos dejaba en los maceteros de las plantas de mi Mamá y los más difíciles de encontrar eran eso que estaban encima de unos bolsos colgados en la pared.

Finalmente y luego de esta adrenalínica mañana, con "El Jota" contábamos los huevitos que habíamos recolectado y si uno de los dos tenía más que el otro nos repartíamos en partes iguales para que no peliarnos. Luego de la "repartija" de los huevitos de chocolate, íbamos a la pieza de nuestros papás y les contábamos todo lo que había sucedido (aunque yo creo que ellos ya se habían dado cuenta de todo por nuestros gritos de alegría) y por supuesto les dijimos que no podían poner sus pies sobre la huellas que dejó "el conejito", porque eran sagradas para nosotros.

Creo que ésta fue la "Pascua de resurrección más especial" o al menos es de la que más me acuerdo. Sin duda que todas son especiales y cada uno de nosotros recuerda alguna en particular.


No sé que daría por volver a sentir esto, es tan especial que ni siquiera sé cómo explicarlo. Lo único que sé es que me encantaría volver a ser niña por algún tiempo, jugar hasta que seamos derrotados por el cansancio del cuerpo, cuando salía a andar en bicicleta con vestido y nadie te podía decir nada porque eras una niña, Cuando con el "Patito, El Jota y Yo" salíamos al patio de la casa y nos poníamos a caminar en las pozas de barro y siempre alguno se resbalaba y quedábamos bañados en barro (de pies a cabeza), que ganas tengo de volver a soñar como lo hacía antes, cuando el mundo lo miraba de una forma totalmente diferente, cuando todo era más sencillo y más fácil.

Pero bueno son las etapas de la vida y cada una de ellas tiene cosas especiales. Lo que sí me gustaría decir es que mi infancia fue maravillosa, lo pasé tan bien en viviendo en Chiloé y nunca me voy a olvidar de eso.

También me gustaría darle las gracias a mis Papás, porque de ellos fue la idea de irnos a vivir a un lugar tan alejado como Castro. Muchas gracias, porque en ese lugar están los mejores recuerdos de mi infancia.


Besos Paloma.

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